miércoles, 6 de junio de 2012


ARTE REAL.
Por REX.
René Ruíz Mejía

COSTUMBRES E INERCIAS.

Después de una notoria ausencia (que sólo noté yo) esta columna está de regreso a petición de mis dos lectores (bueno, tres, porque también yo la leo después de que se publica), por lo que ahí voy de nuez:

En este oficio de ser policía, hoy en día, tenemos más riesgos que satisfacciones, más obligaciones que derechos y una malísima imagen ante la sociedad. Nada gratis, nos lo hemos ganado a pulso con todas las inercias del un sistema de procuración de justicia mal administrado, pero ese es otro asunto.

Esta imagen negativa la hemos adquirida por los largos años en que los excesos de toda índole han afectado la relación policía-sociedad. Aún ahora es común ver a algunos compañeros que por costumbre o status siguen ostentándose como la tirotota, la sacrosanta, la leyenda, etc., y que con una gran dosis de prepotencia están plenamente convencidos (he aquí lo grave: realmente lo creen) que por el sólo hecho de portar una placa metálica y un arma de fuego es suficiente para que obtener comida y bebida gratis, como chulo; para que se me ceda el paso aunque no sea emergencia; que tengo derecho de recibir -y el que da, la obligación de dar- gratificaciones por el trabajo que estoy obligado a realizar por ser servidor público, que tengo permiso para abiertamente cometer abusos de autoridad, (“por eso soy la tira hijo, y no voy en un carro de paletas, jejeje”)

No me fue difícil la descripción anterior pues algo de esta mística policial está en mí. Tú lector, para una mejor visualización de este personaje piensa en el compañero gandalla, el nohagasnada, el milpuestas, el mil asuntos, el todolosé, el avanzado, el apadrinado, etc., y verás lo que quiero decir. Ups, quizá deba empezar la lista por mi mismo, jejeje.

Esto viene al tema por los últimos hechos publicados donde desafortunadamente varios compañeros de esta sacrosanta tira se han visto involucrados en problemas legales y/o laborales.

Creo que la sociedad ha cambiado, me guste o no, y ya no es tan fácil atropellar sus derechos; también veo que el sistema ha cambiado, algunas leyes han cambiado (y otras lo harán muy pronto para ajustarse a los juicios orales). Lo único que parece que no ha cambiado es la Policía de Investigación, la Tira pues. El exceso de confianza al creer que somos la NETA nos ha puesto en una difícil situación: creo que no me pasará nada y hago lo que tradicionalmente o por costumbre he venido haciendo, descuidando los aspectos legales de mi trabajo.

Si me pongo amarillo sé de antemano que existen riesgos, si descuido a mi detenido sé que hay riesgos, si hago una detención que no esté apegada a derecho sé que hay riesgos, si me tomo unos alcoholes en horas de trabajo sé que hay riesgos, etc., etc., etc,.

¿Qué es lo que está pasando últimamente, por qué vemos a tantos compañeros en problemas?

La tendencia de un grupo numeroso de gente implica una gran inercia. Para cambiarla debe emplearse algo que posea una inercia similar. O ha de intervenir muchísima gente. O, si el número de personas es relativamente pequeño, se necesita un tiempo enorme para cambiarlo. En este caso el cambio viene desde otro lado, es por cambios en las leyes y con ello se ahorraron el enorme gasto de contrarrestarlo, por lo que no aplica aquí eso de la inercia; es me adapto o me retiro.

¿Estamos dispuestos a cambiar?
¿Podremos adaptarnos a las nuevas exigencias laborales, legales y sociales?

Hay que recordar que la Ley es una buena arma, pero puede apuntar en ambas direcciones, es decir, se puede usar en contra de quien la emplea. Nuestro trabajo, que está tan íntimamente ligado con el uso correcto de la Ley, está condicionado por ella: si hacemos bien nuestro trabajo de Policía de Investigación conservaremos el empleo; si no hacemos bien nuestro trabajo no sólo podemos perder el empleo, también la libertad o la vida.

Por ello, si se me permite el exceso, me adhiero a la Ley, no a la Costumbre. Aunque digan que me tiemblan las rodillas. Quizá sí, quizá no; todo depende del punto de vista y de las prioridades de cada persona.

Estamos adquiriendo conocimiento; la ciencia nos lo proporciona. A partir de ahora precisamos también cordura. Isaac Asimov.

Por lo que, sí la cordura no me falla y el temblor de rodillas me lo permite, nos vemos en la próxima.

Cría cuervos y tendrás cuervitos…
Cría burros y te sacarán los ojos.
Es cuánto

06-Junio-2012