ARTE REAL.
Por REX.
EL DERECHO A PENSAR.
Todo en la vida es dual: polo positivo y polo
negativo; bien y mal; luz y sombra; masculino y femenino; calor y frio; aunque
se puede considerar que los contrarios son una manifestación del mismo
concepto, con diferencia de grado (vibración). Por ejemplo, ¿Quién pudiera
decir donde empieza el calor y termina el frío?
El libro “El Kibalyón”
enuncia en su séptimo principio hermético “El género está en todo, todo tiene
su principio masculino y femenino; el género se manifiesta en todos los
planos." Se manifiesta en todos los seres, con los principios masculinos y
femeninos, polo positivo y polo negativo, respectivamente; principios presentes
y en plena actividad en todos los
fenómenos de todos los planos de la vida. Agregando que por sí solo cada
principio es incapaz de tener energía operadora y por eso, todo en el mundo
orgánico presenta ambas polaridades.
Ahora bien, por regla
general es en el género femenino dónde se desarrolla el principio de
generación, siendo el trabajo del género masculino conducir la energía
inherente.
Con las consideraciones
anteriores, podemos partir de que la conciencia es un par mental de un “YO” y
un “MI” con diferentes características y naturaleza. El “YO” es la parte
masculina de la mente, la parte activa, el poder de la voluntad, la energía
motriz de los procesos mentales, la capacidad de proyectar energía, pero que por
pereza puede permanecer inactivo en algunos individuos.
El “MI” es la parte
femenina de la mente o conciencia, parte pasiva, la matriz mental, con
capacidades latentes de creación y generación, pero, como se dijo
anteriormente, incapaz de actuar sin la parte masculina, por lo que requiere de
un “YO” para generación de ideas.
De ahí que, cuando una idea
es proyectada por la parte activa masculina como una semilla hacia la parte femenina
pasiva, se implanta, germina y se desarrolla en ésta última. Pero esta parte
masculina “YO” puede ser propia o, he aquí lo peligroso, puede ser de
otro individuo, siendo esto posible cuando el “YO” propio es débil o nulo,
cuando la voluntad no está desarrollada.
La parte femenina receptora
no distingue el origen de esta “semilla”, su función solamente es la germinar y desarrollar, no importa que la idea
implantada pueda ser propia o de otra persona, de otra conciencia. Lo anterior implica
que es posible que ideas ajenas “invadan”, se implanten y se desarrollen en
nuestra mente, y que la conciencia lo considere como si fuera producto de una
generación propia.
No es fácil tomar decisiones. Para ello se requiere
tener información, razonar, formar juicios de valor, y atreverse a elegir.
Quizá el problema esté en tener o admitir responsabilidad en la elección.
Cierto que es más cómodo y es más fácil el dejar
que otros decidan y asuman los riesgos. Pero con ello se está renunciando a
pensar. Quien si piensa y aplica en su
favor el poder de generación en otros utiliza su influencia en las mentes
débiles o de poca voluntad sobre lo qué se debe elegir, que se debe desear, que
se debe pensar, cómo debo de comportarme, cómo se debe educar, etc.
¿Les suena familiar el escenario?
Pasa en la familia, en la escuela, en la política,
en la economía, en la policía, etc.
Renunciando a pensar se acepta de facto la
esclavitud mental, ya que difícilmente podríamos creer que quien piense por mi
lo haga de manera altruista. Es más posible que quien ejerce dominio sobre “MI”
lo haga con la intención de educar con un propósito de masa, respondiendo a
intereses mercantiles y de explotación necesarios para mantener a las masas
adormecidas.
Démonos cuenta de que tanto hemos expuesto esa parte
muy intima de nuestra mente y conciencia, que tanto la hemos ofrecido abiertamente a
todo aquel que ha querido entrar en ella, tan solo por tener flojera de pensar,
de tener apatía para aprender, por tener miedo de tomar las decisiones por uno mismo,
por no prepararnos para asumir la responsabilidad de ello.
Qué tanto de lo que malo que está nuestra familia,
nuestra economía, nuestra policía, pasa porque hemos creído en lo que es
conveniente que se quiera que creamos. ¿Existen formas diferentes de hacer las
cosas? ¿A quién beneficia este status quo?
Por eso, el coraje causa al saber de esto y no haber
despertado antes, motiva nuestra dignidad como individuos, entendiéndose como
libertad para pensar, libertad para dudar; y me orienta a seguir buscando nuevas formas
para liberarme, pulir mi piedra bruta, y llegar a tener el completo uso y
dominio de mi mismo. Una buena manera pudiera ser a través de la mayéutica
socrática, utilizando el sistema de causa-proceso-efecto (muy utilizado por los
alquimistas), buscando el dominio del instinto para entender intelectualmente
nuestro entorno en cualquier plano.
DE AHÍ QUE
EL PENSAR NO SOLO SEA UN DERECHO, ES UNA OBLIGACIÓN.
Si no me queman en la hoguera como a Giordano Bruno
por andar pensando cosas raras, nos vemos en la próxima.
Es cuánto\
15-marzo-2012
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